José Luis Giordano
Agosto 2003 (Última revisión: Agosto 2003)



Desde hace unos 20 años, se pueden adquirir cepillos dentales eléctricos sin cables. Algunos utilizan pilas que deben cambiarse regularmente, pero existe otro tipo de cepillos, generalmente sellados con una carcaza plástica, que no requieren ningún reemplazo.

Estos aparatos tienen en su interior un motor y una batería recargable. Además tienen una base que se conecta (a través de un cable) a la red eléctrica alterna domiciliaria (220 volt; 50 Hz). La batería se carga al introducir el cepillo en la base, pero … si entre el cepillo y la base no existe ningún contacto metálico, ¿cómo se carga la batería desde la base al cepillo? (observe que en el caso de los teléfonos celulares, la base que se usa para cargarlos, sí tiene contactos eléctricos).

 

 

 


RESPUESTA: Como es habitual, para cargar con 220 volt de corriente alterna una batería de bajo voltaje y corriente continua, hay un transformador reductor de voltaje, y un conjunto de diodos rectificadores de corriente para que la batería reciba la carga con la polaridad adecuada. El transformador tiene, también habitualmente, un bobinado primario y otro secundario, eléctricamente aislados, pero acoplados electromagnéticamente.
El sistema que diferencia a estos aparatos dentales de los cargadores más conocidos, consiste en que el transformador no está en una sola pieza; la base contiene el bobinado primario, que se conecta a la red eléctrica, y el cepillo tiene el bobinado secundario.

Al conectar la base a la red eléctrica alterna, la corriente en el primario genera (debido a la Ley de Ampère del Electromagnetismo) un campo magnético alterno en la cavidad. Al introducir el cepillo, el campo magnético variable induce en el bobinado secundario (debido a la Ley de Faraday del Electromagnetismo) un voltaje alterno, que alimenta el circuito de carga de la batería; ¡una elegante aplicación del maravilloso fenómeno de inducción electromagnética descubierto por Michael Faraday en 1831!.