Este ingeniero militar, que a su turno se convertirá en uno de los físicos franceses más famosos de su generación, nació en Angoulême, el 14 de junio de 1736, en el seno del hogar formado por Henry y Catherine, ambos provenientes de poderosas e influyentes familias de la región sur-occidental de Francia. Cuando su familia se mudó a París, tuvo la oportunidad de ampliar su educación y fue así como ingresó al colegio Mazarin recibiendo clases en literatura y letras, como también en matemáticas, astronomía, química y botánica. La física no figura aún dentro de sus actividades.

Este casi idílico ambiente en torno a Charles Auguste se rompió cuando sus progenitores se separaron debido a la bancarrota en que devinieron las malas inversiones hechas por su padre, quien debió emigrar a Montpellier. Tras no llegar a acuerdos con su madre, Coulomb hijo siguió las huellas de su padre, continuando sus estudios de matemática y astronomía en Montpellier. De allí continuó a L’Ecole de Génie de Mézières, después de una breve estadía en París destinada a realizar estudios con Camus y obtener su respaldo para ingresar a la prestigiosa escuela de Mézières. En 1761 se graduó de ingeniero, con rango de teniente. Durante los próximos 20 años realizará una gran variedad de trabajos (construcciones de edificios, fortificaciones, mecánica de suelos) los cuales no tuvieron que ver directamente con la física. Dentro de las destinaciones militares estuvo Martinica, en las Antillas Francesas, de donde regresó tras varios años con la salud quebrantada, situación que no logró superar nunca completamente.

Su fibra como físico comienza recién a mostrarse en 1777, cuando estaba destinado a Cherburgo, desde donde envió un trabajo sobre la brújula magnética a concursar al Gran Premio de la Academia de Ciencias, lo que logró de manera compartida. Aquí ya está el germen de la balanza de torsión, la que continuó perfeccionando en los años siguientes, en los cuales se va transformando en un físico consumando. Así llega el año 1785, cuando, después de muchos experimentos con cargas eléctricas en una balanza de torsión muy sensible, establece la naturaleza de la fuerza entre cargas eléctricas en lo que hoy conocemos precisamente como al Ley de Coulomb. Sus trabajos con la balanza de torsión continuaron en los años siguientes refinando las mediciones de carga eléctrica, por lo que no es sorprendente que hoy en día la unidad de carga eléctrica en el Sistema Internacional de Unidades se denomine precisamente Coulomb. Por aquellos años aplicó también sus balanzas más refinadas al estudio del magnetismo.

Sin embargo esto no fue lo único que hizo Coulomb en este periodo. Entre 1781 y 1806 presentó 25 memorias a la Academia de Ciencias y participó en 310 Comités de esta institución. Al mismo tiempo continuó prestando asesorías en proyectos de ingeniería. De esta manera se involucró en 1783 en un proyecto de canal en Bretaña, el cual no dio los resultados esperados, motivo por el cual debió pasar una semana en prisión. Esto no lo amilanó (en realidad él fue renuente a participar en el proyecto del canal desde un comienzo) y en los años siguientes se involucró en proyectos de regadío y de fuentes de agua e incluso de reforma en el sistema de hospitales, experiencia que lo habría de llevar hasta Inglaterra en calidad de experto.

La revolución francesa comenzó en 1789 y terminó por transformar varias instituciones. Charles Auguste Coulomb no pudo o no quiso adaptarse a los tiempos cambiantes por lo que se retiró al campo, cerca de Blois, con sus colaboradores más cercanos, donde prosiguió sus trabajos científicos.

El 26 de febrero de 1790 fue padre soltero de un varón. Más adelante, en 1797, fue padre nuevamente, pero no habría de casarse con la madre de sus hijos, Louise Françoise LeProust Desormeaux, sino hasta 1802, cuando jugaba su mayor influencia en el sistema educacional francés. A esas alturas había ya vuelto a París en 1795, reconciliándose con el poder político.

En estas circunstancias, y en el París de Napoleón Bonaparte, le visitó la muerte el 23 de agosto de 1806.