Venkata Raman nació el 7 de noviembre de 1888 en Trichinopoly, una localidad situada en el sur de la India. Podría decirse que su patrón corresponde al esperado para la formación de un científico. En efecto, vino a un hogar de muy buen pasar y de ambiente intelectual. Estos estímulos habrían también de influir más tarde en un sobrino suyo, Subramanyan Chandrasekhar, quien obtuvo el Premio Nobel de Física en 1983.

Volvamos a Raman, nuestro personaje de noviembre 2002, para apuntar que su padre era maestro de física y matemática, lo que ciertamente habría de tener su influencia sobre el muchacho. No en vano hizo brillantes estudios en el Presidency College de Madras, aprobando su B.A. en 1904 con el primer lugar y medalla de oro en física. En 1907 obtuvo el grado de Master con las más altas distinciones. A esas alturas ya había efectuado sus primeras investigaciones en óptica y acústica, campos a los que habría de retornar más adelante.

Pese a la línea claramente trazada hacia la investigación científica, el joven Raman cambió de vías ingresando a la vía laboral como funcionario del Departamento de Finanzas de la India. Esta fue una decisión más bien práctica e inspirada en la búsqueda de estabilidad económica (¡ayer tal como hoy!), pues no abandonó su vocación científica. De esta forma, fuera de sus horarios de trabajo continuó realizando experimentos en la Asociación para el Cultivo de la Ciencia de Calcuta, institución de la cual se convirtió en secretario honorario en 1919.

Su regreso formal a la ciencia ocurrió en 1917, cuando se le ofreció una cátedra de física en la Universidad de Calcuta. Al volcarse íntegramente a su pasión científica, los progresos fueron aflorando uno tras otro y en campos diversos. Así, sus publicaciones (mayoritariamente en revistas locales) versaron acerca de las vibraciones en la materia, instrumentos musicales y óptica. Fueron justamente estas últimas investigaciones las que le llevaron a escribir “Difracción molecular de la luz”, el primero de una serie de trabajos que habrían de culminar con aquél célebre titulado “Una nueva radiación” (Indian J. Phys 2 (1928) 387) que condujo al efecto que lleva su nombre y luego a obtener el Premio Nobel de Física en 1930. Curiosamente Raman mismo había sido el fundador y editor de esta revista en 1926, la que no estaba entre las más conocidas internacionalmente. Sin embargo, la fuerza de su trabajo, mostrando una forma diferente de hacer espectroscopía, le valieron el reconocimiento mundial. En 1933 fue nombrado Profesor en el Instituto Indio de Ciencias en Bangalore cargo que mantuvo hasta 1948, cuando impulsó y se hizo cargo de la dirección del Instituto Raman para Investigaciones Científicas en Bangalore.

El Profesor Raman falleció en 1970 habiendo demostrado que es posible hacer buena física y buena ciencia con medios limitados y lejos de los grandes centros científicos de la época.

Temuco, noviembre 2002