El fundador de la mecánica cuántica nació en Kiel, en el norte de Alemania, el 23 de abril de 1858, en el seno de una familia de intelectuales. Su padre había enseñado derecho en Kiel y su abuelo, como también su bisabuelo, había enseñado teología en Gotinga. En 1867 su familia se mudó a Munich donde Max realizó sus estudios secundarios con buen cometido, pero sin destacar entre los primeros de su clase. Ingresó a la Universidad de Munich a la edad de 16 años. Antes de iniciar sus estudios discutió sus posibilidades con Philipp von Jolly, reconocido físico de allí, quien le desalentó diciéndole que la física ya era una ciencia bastante completa con pocas perspectivas de desarrollo futuro. Afortunadamente, y a pesar del consejo anterior, Max Planck decidió estudiar física, obteniendo el doctorado de la universidad muniquesa en 1870. Previo a ello realizó estadías de investigación en Berlin con Helmholz y Kirchhoff.

Durante su carrera académica enseñó en la Universidad de Munich primero, luego en la Universidad de Kiel a partir de 1885 y posteriormente en la Universidad de Berlín a partir de 1889, conservando este cargo por 38 años hasta que se retiró en 1927. Luego fue, por 7 años, Director del Instituto de Investigación del Kaiser Wilhelm, institución que posteriormente llegó a tener su nombre. En la actualidad los institutos de la Sociedad Max Plack, financiados por fondos federales alemanes, superan los 60 y cubren prácticamente todas las áreas del saber, mucho más allá de la física y de las ciencias naturales.

Su contribución más célebre fue aquella en que explica la radiación del cuerpo negro como debida a osciladores armónicos con niveles discretos o cuantizados de energía. Este trabajo, presentado ante la Academia Prusiana de la Ciencia el 14 de diciembre de 1900, dio origen a una nueva escuela de pensamiento y remeció las bases mismas de la física de la época. Por esta contribución habría de recibir el Premio Nobel en 1918. Sus áreas de trabajo preferentes fueron la termodinámica y la electrodinámica.

La llegada de los nazis al poder encontró a Max Plack como Director del Instituto antes mencionado, cargo que tuvo que dejar en 1937. Permaneció en Alemania durante la Segunda Guerra Mundial, periodo que debe haberle resultado muy amargo y difícil. Por un lado su casa en Berlín se incendió producto de un bombardeo. Por otro lado, en 1945 su hijo Erwin fue encontrado culpable de complotar contra Hitler y fue prontamente ejecutado. Al terminar la guerra, retomó nuevamente la dirección del Instituto por poco más de un año luego que Werner Heisenberg, quien la presidía, fuera hecho prisionero por los británicos (ver biografía de diciembre 2001 en esta misma página web).

Max Planck falleció en Gotinga el 4 de octubre de 1947.

Eugenio E. Vogel, Abril 2002