Quisiera compartir con ustedes una curiosa experiencia que de seguro les abrirá el apetito. Aquello aconteció en la cocina de mi hogar, mientras mi estómago demandaba a gritos algo de comida. Por más que intentaba desviar mi mirada hacia otro lado, no podía dejar de observar aquella olla, cuyo contenido prometía aplacar el hambre que me asediaba.